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UNA JORNADA ELECTORAL REPLETA DE ANÉCDOTAS Y MOMENTOS ENTRAÑABLES.

Secretaría General Adjunta de Comunicación y Seguimiento del Programa Electoral

El ya lejano 1 de diciembre del pasado año, tuvo lugar en la ONCE una auténtica fiesta democrática con una gran participación y un apoyo a las candidaturas de Unidad Progresista que rozó el 98%

Esta Jornada, que transcurrió sin incidentes reseñables, también estuvo salpicada de simpáticas anécdotas y momentos entrañables que muestran que lo que hace grande a la ONCE son sus afiliados y afiliadas.

Y es que para ejercer el derecho al voto en las elecciones de la ONCE el mar y las fronteras no suponen ninguna barrera, de hecho, varias personas afiliadas residentes en Andorra y en Francia ejercieron su derecho al voto en San Sebastián y Lleida, incluso una afiliada residente en Fuerteventura no lo dudó un instante para tomar un barco y partir hasta Arrecife con el objetivo de votar.

Tampoco es la edad una excusa para no votar en nuestras elecciones, o si no que se lo digan a Doña Carmen Noguera que, con sus muy bien llevados 108 años, ejerció su derecho al voto en la agencia de Vic. Fueron varias las personas afiliadas centenarias o, a punto de serlo, que votaron presencialmente en lugares tan dispares como Ourense o Valencia. En contraste, también varias fueron los y las jóvenes que ejercieron el voto recien estrenada su mayoría de edad.

Para acudir a votar, cualquier medio es bueno, caminando, en Metro, en taxi, en autobús, en barco, en tren…e incluso en ambulancia, y es que a una afiliada de Aragón no le tembló la voz para solicitarle a la ambulancia que le trasladaba a su localidad tras unas pruebas médicas, que le parase un momento junto a la agencia de la ONCE para poder votar.

En muchas ocasiones, y debido a la importancia que tiene, ejercer el derecho al voto puede suscitar cierta ansiedad y nervios en la persona que lo ejerce, eso explica situaciones como el intento de identificación con una tarjeta-lupa, las aglomeraciones con conllevaron el vuelco de una cabina en Castilla y León, o cierta persona que, en lugar del voto correspondiente, depositó en la urna varias tarjetas regalo de un conocido centro comercial.

En definitiva, una fiesta democrática en la que tampoco faltaron los churros con chocolate y otras viandas para que los miembros de algunas mesas electorales repusieran fuerzas o alguna demostración de gimnasia acrobática tras ejercer el sufragio. Sin embargo, nos quedamos con que la primera salida que realizó un afiliado tras una larga enfermedad fue para decidir con su voto el futuro del Grupo Social ONCE. ¡Somos de UP!