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JORGE PIÑEIRO EN EL CORAZÓN

Secretaría General Adjunta de Comunicación y Seguimiento del Programa Electoral

Obituario a Jorge Piñeiro, primer director de la revista “Progreso” y que lo fue durante más de una década

 

 

Imagen Jorge Piñeiro con lazop negro.jpg  

Corría el año 1987 cuando por encargo del entonces Secretario General de UP, Mario Loreto, echaba a andar la revista sonora “Progreso”. El primer director de esa publicación, antecesora de la actual, fue nuestro infatigable compañero Jorge Piñeiro, fallecido en noviembre del pasado año y al que queremos rendir este pequeño homenaje haciéndonos eco de las palabras que, con cariño, le dedicó su amigo José Miguel Vila.

“Jorge (Piñeiro), en el corazón

Jorge, o Piñeiro, como muchos compañeros y amigos lo conocíamos también, era un hombre extraordinario. Y no me digas que no porque peculiar, al menos, era un rato. Recuerdo que lo conocí allá por 1988, tres años después de afiliarme a la Organización Nacional de Ciegos Españoles (la ONCE, como todo el mundo la conoce), y recién llegado de la delegación de Almería a Prado 24, sede de la Dirección General de la Organización. Hasta entonces no había oído hablar siquiera de él. Una vez en Madrid, sin embargo, tardé muy poco tiempo en cruzármelo.


Fue con ocasión de alguno de los frecuentes reportajes que los medios de comunicación solicitaban a la Casa para conocer algunos aspectos de las personas ciegas o con alguna discapacidad visual. Desde el gabinete de prensa, en aquella ocasión, dieron al menos su nombre y el mío. En lo tocante a mí, por una característica tan prosaica como la de ser usuario -entonces-, de una lupa televisión, ese artefacto que multiplica en un monitor y por varios enteros el tamaño de una imagen pero que,al tiempo y lógicamente, a mayor ampliación menor campo visual, con lo que apenas si podía ver seis o siete letras de un par de renglones de un escrito. Un trabajo de titanes para cualquiera que intentara así leer , no ya el Quijote, sino una simple carta de varios párrafos. Nada que ver con los actuales Iphone, escáneres y los programas de reconocimiento de caracteres con los que Jorge también llegó a intimar, aún a pesar de ciertas y comprensibles reticencias iniciales…


Sin embargo, lo de Jorge , si que eera una circunstancia luminosa, singular, incluso excepcional. Llevaba coleccionando varios años sellos y monedas, y con un gran criterio y conocimiento del campo que pisaba. Me dejó boquiabierto la primera vez que me habló de su pasión por la historia y el papel que desempeña en ello la filatelia y la numismática como caminos abiertos para descubrir un sinfín de aspectos históricos.
Después supe de su pasión por la música, la radio, por el sonido en general, por el teatro radiado…. Y que no solo se conformaba con saborear cada minuto de un disco, de un programa, de una colección de efectos especiales o de una serie de Radio Nacional , o de la SER. Además también los coleccionaba. Y, mucho más raro aún, los compartía con cualquiera que le pidiese algo. Si te atrevías a preguntarle-pongamos por caso-, si conociía o si tenía Proud Mary, de los Creedence , sabes que corrías el riesgo cierto de hacerte en un pispás con toda la discografía de la banda norteamericana. ¡Y así con todo…!


En Onda Cero disfrutó como un enano. Con Canal 11 ,al menos otro tanto. Su pasión era descubrir nuevos talentos de comunicadores ciegos y tratar de echarles una mano para ayudarles en la medida de lo posible. Seguro que ahora Cebri y él montan Radio Celestial para hacer más divertida su estancia en el Paraíso. Y seguro también que compañeros como Del Saz, Laguía,, Hernández, Higueras, Fernández Santamarina o Moreno –por citar solo algunos nombres-, no me desmienten.


Su llegada al sector turístico tampoco fue estéril porque ideó, proyectó y consiguió –y no siempre con el viento a favor-, montar paqetes turísticos para compañeros ciegos durante muchos, muchos años. De hecho, muchos de los circuitos , hoteles y productos siguen siendo paso obligado para generaciones actuales de viajeros.


Pasó también por la Dirección de Comunicación Once y por la Fundación Once, pero lo que de verdad marcó a nuestro amigo fueron sus años como profesor en el colegio. Docenas y docenas de alumnos seguro que no han olvidado a ese profesor zumbón, algo descreído, generoso y con más marcha que un Ferrari al que admiraban aún más el día que se percataban de que , además de ciego, a Jorge le faltaba un brazo. Aquella maldita detonación lo transformó , pero no pudo nunca con él.


En los últimos tiempos ha sido su pasión por la dirección de escena, el hobby que aunaba el resto de inclinaciones de nuestro amigo (la palabra, la música , la literatura….), , el campo que lo ha tenido más ocupado y preocupado, incluso en estos años últimos de su lucha titánica contra la enfermedad. Aún a sabiendas de que nada se jugaba más allá de un público reconocimiento por su labor, las rencillas internas de las compañías por las que ha pasado, los egos de los artistas y sus pequeños o grandes enfrentamientos, le hacían dudar en más de un momento en dejar a un lado ese camino. Pero no, finalmente ha seguido hasta el final y nos ha dado momentos verdaderamente gloriosos.


No lo he dicho hasta ahora, pero sería injusto callarlo por más tiempo, por muy conocido que sea: Tenía solo tres nombres grabados con letras de oro en el corazón: Mercedes, Aisa y Amaranta. Su mujer y sus dos hijas. Imposible quedar con él y que no saliesen los tres a colación…
Y no amaba una tierra, sino varias , aunque no sé muy bien el orden en el que las colocaría: Galicia, León, Madrid, Benidorm y España.


Preocupado por todo y por todos, su mayor tesoro no fueron nunca ni las monedas, ni los sellos, ni la música, ni siquiera la radio o el teatro. Lo eran solo en la medida en que le proporcionaban nuevos amigos.
Vitalista, vehemente, contumaz, animado, bullicioso, vivaz, resolutivo, brioso, optimista e inasequible al desaliento. Así era nuestro Jorge, amigo de sus amigos y dispuesto siempre a intentar encontrar una vía para el consenso. Al fin y al cabo, él aprendió a lo largo de sus muchos años de participación en todo tipo de aventuras (culturales, políticas, asociativas, empresariales…), que el enfrentamiento es la vía más cierta para desembocar en la sinrazón, en el esfuerzo baldío y en la depresión.Nos quedamos con su ejemplo, con su alegría, con su sentido del humor y con una virtud cada vez más escasa: su caballerosidad, que es tanto como decir su perenne elegancia ética.


Así lo recordaremos siempre. ¡Descanse en paz!, ¡Nunca te olvidaremos!”, Orgullosos de seguir con tu legado.

 

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